Lo primero que debemos saber es que existen distintos tipos:
Contactos normalmente abiertos: cuentan con dos platinos y su posición natural es abierta.
Al aplicar tensión en la bobina del relevador, el contacto cambia la posición de sus platinos para unirlos.
Se utilizan para cerrar un circuito eléctrico cuando se energiza la bobina del relevador.
Contactos normalmente cerrados: mantienen sus dos platinos unidos de forma natural.
Cuando se energiza la bobina del relevador se separan.
Estos contactos se utilizan para desconectar o también para impedir la conexión de un circuito eléctrico al aplicar tensión a la bobina del relevador.
Contactos conmutados: A diferencia de los dos tipos anteriores, estos cuentan con tres platinos ya que es la combinación de un contacto abierto y un contacto cerrado.
Uno de los platinos cambia de posición cada vez que se energiza la bobina.
Son prácticos en aplicaciones que requieren de un relevador que cuente con una combinación de contactos abiertos y cerrados. Por ejemplo, para un circuito de control de un motor trifásico que considere la protección contra inversión de giro.
Dependiendo del país de origen del relevador, podemos encontrar los contactos con distinta nomenclatura:
Algunos fabricantes europeos, como es el caso de los relevadores Finder, los identifican con un par de letras:
Otros fabricantes los señalan en su literatura como:
Los relevadores que se producen en América normalmente vienen identificados de la siguiente manera: